Entrada Final
Svetá Nedelya, la iglesia principal, corona el corazón de Sofía, siendo observada por las estatuas de los imponentes leones del parlamento. Las montañas, aún algo nevadas, se imponen y rodean el paisaje. Las gentes caminan y el viejo tranvía verde cruza ante tus ojos, haciendo CLAC CLAC CLAC. Sofía es un descascarillado feliz, una postal. Es bonita y hay que saber verlo. No está tan mal, ¿no? Aunque Sofí, por alguna razón, parece preocupada. Y es que se ha vuelto a subir a una de las azoteas de los bloks, en la periferia de la ciudad. Observa la montaña Vitosha muuucho mejor. Bonita, verde, algo nevada todavía... Y abajo puede ver como la hierba ha crecido generosamente, y cubre los piececitos de los niños, que están jugando en esos parques antiguos, en esos toboganes de latón, esas redecillas oxidadas... Sofía intenta ser moderna, pero Sofía no puede evitar ser lo que es. ¿No? Peričina observa, desde las ventanas empañadas del tranvía, las casitas nuevas de estilo búlgaro, pero bien p