¿Y esto de ponerle nota al arte?
Buenas noches, espero que disfruten de su velada nocturna como seguramente lo esté haciendo yo mucho más que vosotros, bienvenidos a este lugar arrinconado de Internet para valientes.
Hoy les voy a mostrar como se puede quitar uno a un judío que perturba nuestro campo visual...
Miento, procederemos a esto otro día.
Para los que me conocen, que soy medio nazi, quiero que también tengan en cuenta que soy medio judía. Y aquí no miento. Pero bueno, para qué seguir, si vais a seguir viendo estos movimientos como algo escabroso...
Queridos lectores, hoy vamos a tratar un tema que puedo demostrar de sobra para que a los profesores, esos dictadores, se les caiga la cara de verguenza, para que la sangre de esas venas apretadas de la cabeza les revienten.
Vamos a hablar de las puntuaciones académicas en nada más y nada menos que... ¡En artes plásticas! Una asignatura que poco instruye para el nombre que recibe, pues parece más un descanso cerebral teniendo a uno haciendo circulitos con el compás que otra cosa. ¡Con la concentración que requiere unas bellas artes, debe estar para estimular el cerebro y alimentarlo de adrenalina de superación y conocimiento y valoración de a lo que se está dedicando uno en ese preciso momento, no a mantener a un chico joven encerrado en un colegio coloreando un libro de cuentos!
La creatividad no debe recibir ninguna nota, pues el arte es algo sumamente subjetivo, y uno parece dedicarse más a esa supuesta cosa a la que se le llama arte más para el profesor, para que sea de su deleite ante su vista selectiva y a veces incluso inepta, que para el descubrimiento de las capacidades, potencial y placeres de un individuo.
A lo mejor quería expresar tal obra o tal sentimiento en los colores, en la técnica del grafito o en el mismo dibujo, como si hace una esvástica -que no estaría de más-, pero de nada sirve, si al profe no le ha gustado, no le ha gustado, así que búscate la manera de aprender un arte con la expresión que busca el maldito profesor.
Además, se debe tener en cuenta para estas puntuaciones, ya que son obligatorias por el triste sistema educativo que se nos ha impuesto, el nivel o esfuerzo del alumno, la expresión, la innovación, la creatividad y la evolución. Pero no, la nota se debe al gusto del imbécil que está sentado en el escritorio y lo mira con cara de pocos amigos. Como titulares serán expertos, pero no como verdaderos artistas de corazón y alma, bah...
Además de que en esa asignatura no se imparte nada que ayude. Mírenme a mí. Se me conoce por muy buena dibujante, - o más quisiera porque... - y educación plástica no ha sido mi mejor asignatura, porque me hacían dibujar círculos y plasmar logotipos en el bloc de dibujo.
¡Logotipos! ¡Capitalismo en las artes! Qué extraño...
De hecho, me han suspendido plásticas las dos veces. Estas circunstancias no se daban por hacer las láminas mal, pero era una de las causas por las cuales las profesoras se inventaban para decirme que se me bajaran los humos por el simple hecho de hacer los ejercicios a mala gana.
Yo he ganado tres concursos de dibujo y uno de diseño de cartelera para un instituto el cual me apetece olvidar. ¿Qué quiere decir esto? Que esta signatura no determina nuestra habilidad para las bellas artes -aunque de bellas artes tiene poquito, sólo láminas para niños de tres años-.
Por ejemplo, vuelvo a nombrarme a mí porque soy un buen ejemplo para mostrar y porque soy la dueña del blog: Yo tengo una lámina con una nota de 5,5 y mi compañero un 9,5.
Pero mi compañero no tiene ni idea de dibujar, porque se ha limitado a trazar formas geométricas con una regla, y yo, pues dibujo mejor o incluso muy bien.
Ya está. No os fijéis NUNCA en las notas de los demás, ni en ninguna otra asignatura, porque la educación no debe ser representada por notas, sino por la evolución de la mente del alumno. Si es que la educación fuese de otra manera, porque vaya...
Hoy les voy a mostrar como se puede quitar uno a un judío que perturba nuestro campo visual...
Miento, procederemos a esto otro día.
Para los que me conocen, que soy medio nazi, quiero que también tengan en cuenta que soy medio judía. Y aquí no miento. Pero bueno, para qué seguir, si vais a seguir viendo estos movimientos como algo escabroso...
Queridos lectores, hoy vamos a tratar un tema que puedo demostrar de sobra para que a los profesores, esos dictadores, se les caiga la cara de verguenza, para que la sangre de esas venas apretadas de la cabeza les revienten.
Vamos a hablar de las puntuaciones académicas en nada más y nada menos que... ¡En artes plásticas! Una asignatura que poco instruye para el nombre que recibe, pues parece más un descanso cerebral teniendo a uno haciendo circulitos con el compás que otra cosa. ¡Con la concentración que requiere unas bellas artes, debe estar para estimular el cerebro y alimentarlo de adrenalina de superación y conocimiento y valoración de a lo que se está dedicando uno en ese preciso momento, no a mantener a un chico joven encerrado en un colegio coloreando un libro de cuentos!
La creatividad no debe recibir ninguna nota, pues el arte es algo sumamente subjetivo, y uno parece dedicarse más a esa supuesta cosa a la que se le llama arte más para el profesor, para que sea de su deleite ante su vista selectiva y a veces incluso inepta, que para el descubrimiento de las capacidades, potencial y placeres de un individuo.
A lo mejor quería expresar tal obra o tal sentimiento en los colores, en la técnica del grafito o en el mismo dibujo, como si hace una esvástica -que no estaría de más-, pero de nada sirve, si al profe no le ha gustado, no le ha gustado, así que búscate la manera de aprender un arte con la expresión que busca el maldito profesor.
Además, se debe tener en cuenta para estas puntuaciones, ya que son obligatorias por el triste sistema educativo que se nos ha impuesto, el nivel o esfuerzo del alumno, la expresión, la innovación, la creatividad y la evolución. Pero no, la nota se debe al gusto del imbécil que está sentado en el escritorio y lo mira con cara de pocos amigos. Como titulares serán expertos, pero no como verdaderos artistas de corazón y alma, bah...
Además de que en esa asignatura no se imparte nada que ayude. Mírenme a mí. Se me conoce por muy buena dibujante, - o más quisiera porque... - y educación plástica no ha sido mi mejor asignatura, porque me hacían dibujar círculos y plasmar logotipos en el bloc de dibujo.
¡Logotipos! ¡Capitalismo en las artes! Qué extraño...
De hecho, me han suspendido plásticas las dos veces. Estas circunstancias no se daban por hacer las láminas mal, pero era una de las causas por las cuales las profesoras se inventaban para decirme que se me bajaran los humos por el simple hecho de hacer los ejercicios a mala gana.
Yo he ganado tres concursos de dibujo y uno de diseño de cartelera para un instituto el cual me apetece olvidar. ¿Qué quiere decir esto? Que esta signatura no determina nuestra habilidad para las bellas artes -aunque de bellas artes tiene poquito, sólo láminas para niños de tres años-.
Por ejemplo, vuelvo a nombrarme a mí porque soy un buen ejemplo para mostrar y porque soy la dueña del blog: Yo tengo una lámina con una nota de 5,5 y mi compañero un 9,5.
Pero mi compañero no tiene ni idea de dibujar, porque se ha limitado a trazar formas geométricas con una regla, y yo, pues dibujo mejor o incluso muy bien.
Ya está. No os fijéis NUNCA en las notas de los demás, ni en ninguna otra asignatura, porque la educación no debe ser representada por notas, sino por la evolución de la mente del alumno. Si es que la educación fuese de otra manera, porque vaya...
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