El día que gané un concurso que ahora NUNCA ganaría.
¡BUENOS DÍAS! Ya mismo el cole, ¿eh? Lo deseas efervescentemente.
Ya dije yo en otro post que había ganado cuatro concursos, pero me quedé corta y tenía ganas de hablar sobre uno en el que participé a la edad de los doce años. Ya estaba en primero de Secundaria y yo sólo era una chica repelente que creía lo que el corazón y no la mente le decía -menos al sometimiento de los profesores-.
Vamos a comenzar.
Nuestra profesora, como lectura obligatoria del primer trimestre, no podía ponernos otro libro que el que recibía el título de nada más y nada menos que El Niño del Pijama de Rayas.
¿Conocéis la historia, no?
Un judío muy bueno muy bueno que se hace amigo de un niño ario, hijo de nazis muy malos muy malos.
¿Y estos niños qué hacen? Pues lo previsible, que se hacen amigos porque la raza no determina la amistad, que es todo educación recibida. Y al niño le podría interesar mantener esa amistad con el judío, porque para un buen negocio, una buena mano le iba a hacer falta.
Ario, recuerda que los judíos también son educados en sus casitas y cuando se hacen mayores se hacen...
Me estoy desviando.
Pues voy a contar el final porque sé que lo sabes. El niño ario se introduce no sé para qué en el campo de concentración y acabó en una cámara de gas.
Es entonces, después del examen de lectura respecto a esta historia, cuando se dio lugar un concurso literario que iba por secciones, y a nuestra profesora ocurriósele hacernos escribir un final alternativo sobre el pijama de rayas.
Y gané yo. Porque fui sentimental y me puse de parte de los judíos. Ahora estamos sometidos por ellos, pero claro, os creéis que no tengo fundamentos.
La historia terminaba así, tan sólo recuerdo lo principal: El judío y el ario se escapan y este último asesina a su propio padre por nazi de un tiro en la cabeza.
Asesina al judío, que sus nietos someterán a tus nietos...
Hombre que no, que son un puñado de judíos los que controlan el mundo. Casi todas las familias más poderosas, estas que mueven hilos invisibles, que actúan como pulpos, que llevan a sus hijos a colegios perdidos de diez millones de euros al mes en Suiza, son judíos.
Que ha habido muchas cosas peores y que las cámaras de gas NUNCA existieron. Pero no intentes investigarlo, porque en la ley alemana figura como pena de cárcel.
En fin, que he pasado de ser una encariñada del pueblo judío, que tiene más cara que espalda, a no ser una endeblita con el tema este de la Segunda Guerra Mundial.
Que la guerra la empezaron los judíos, que fueron ellos los que arruinaban a la población alemana y hacían el país suyo.
Nadie ha querido nunca a los judíos, esto viene de centenares de años atrás de lo de Hitler.
De hecho en España estuvieron los judíos sefardíes de los que, o expulsaron del territorio ibérico, o se convirtieron.
Yo vengo de judíos, pero ya sabéis, judío no se nace, se hace. Hitler y la humanidad en su historia no los odiaban por su raza, sino por su carácter de garrapata.
Ni Hitler era muy malo ni los judíos eran tan buenos. Pasa que, claro, el mundo en el que vivimos se rige según lo que quieren los judíos.
Para la próxima escribo en el final alternativo en el que el ario le diga a su padre: "Papá, cárgatelo".
¡Eso tampoco! Jeje...
¿Alguien sabe por qué cuando escribo la palabra Hitler me aparece subrayado como error?
Ya dije yo en otro post que había ganado cuatro concursos, pero me quedé corta y tenía ganas de hablar sobre uno en el que participé a la edad de los doce años. Ya estaba en primero de Secundaria y yo sólo era una chica repelente que creía lo que el corazón y no la mente le decía -menos al sometimiento de los profesores-.
Esto no es un judío, esto es una feminista liberal. |
Vamos a comenzar.
Nuestra profesora, como lectura obligatoria del primer trimestre, no podía ponernos otro libro que el que recibía el título de nada más y nada menos que El Niño del Pijama de Rayas.
¿Conocéis la historia, no?
Un judío muy bueno muy bueno que se hace amigo de un niño ario, hijo de nazis muy malos muy malos.
¿Y estos niños qué hacen? Pues lo previsible, que se hacen amigos porque la raza no determina la amistad, que es todo educación recibida. Y al niño le podría interesar mantener esa amistad con el judío, porque para un buen negocio, una buena mano le iba a hacer falta.
Ario, recuerda que los judíos también son educados en sus casitas y cuando se hacen mayores se hacen...
Me estoy desviando.
Pues voy a contar el final porque sé que lo sabes. El niño ario se introduce no sé para qué en el campo de concentración y acabó en una cámara de gas.
Es entonces, después del examen de lectura respecto a esta historia, cuando se dio lugar un concurso literario que iba por secciones, y a nuestra profesora ocurriósele hacernos escribir un final alternativo sobre el pijama de rayas.
Y gané yo. Porque fui sentimental y me puse de parte de los judíos. Ahora estamos sometidos por ellos, pero claro, os creéis que no tengo fundamentos.
La historia terminaba así, tan sólo recuerdo lo principal: El judío y el ario se escapan y este último asesina a su propio padre por nazi de un tiro en la cabeza.
Asesina al judío, que sus nietos someterán a tus nietos...
Hombre que no, que son un puñado de judíos los que controlan el mundo. Casi todas las familias más poderosas, estas que mueven hilos invisibles, que actúan como pulpos, que llevan a sus hijos a colegios perdidos de diez millones de euros al mes en Suiza, son judíos.
Que ha habido muchas cosas peores y que las cámaras de gas NUNCA existieron. Pero no intentes investigarlo, porque en la ley alemana figura como pena de cárcel.
En fin, que he pasado de ser una encariñada del pueblo judío, que tiene más cara que espalda, a no ser una endeblita con el tema este de la Segunda Guerra Mundial.
Que la guerra la empezaron los judíos, que fueron ellos los que arruinaban a la población alemana y hacían el país suyo.
Nadie ha querido nunca a los judíos, esto viene de centenares de años atrás de lo de Hitler.
De hecho en España estuvieron los judíos sefardíes de los que, o expulsaron del territorio ibérico, o se convirtieron.
Yo vengo de judíos, pero ya sabéis, judío no se nace, se hace. Hitler y la humanidad en su historia no los odiaban por su raza, sino por su carácter de garrapata.
Ni Hitler era muy malo ni los judíos eran tan buenos. Pasa que, claro, el mundo en el que vivimos se rige según lo que quieren los judíos.
Para la próxima escribo en el final alternativo en el que el ario le diga a su padre: "Papá, cárgatelo".
¡Eso tampoco! Jeje...
¿Alguien sabe por qué cuando escribo la palabra Hitler me aparece subrayado como error?
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