Y ahora, ¿qué?
¿Sofí…?
Sofí no está. Sofí soy yo.
Grad Sofiya. Mercado de Dimitar Pepkov.
-¡Hombreee! ¿Cómo están las mujeres? -saludo afablemente con un cesto lleno de compritas, y ataviada con dos trenzas, a la manera de Sofí, y un traje búlgaro de la zona noroeste, próxima a Serbia. (Este traje se compone de vestido blanco bordado, pero en lugar de llevar parte de arriba, lleva sólo unas faldas, y un delantal encima, de cintura para abajo).
-Espera -Sofí empieza a entrar en conflicto, y me señala- ¿De qué vas vestida? -me observa detenidamente, mientras comienza a dar vueltas a mi alrededor, observando los detalles del atuendo. -¿Vas vestida de mí?
-No, de mí -contesto orgullosa.
Sofí abre la boca, sorprendida.
Treceañera presencia todo, con su camiseta de mariposas predeterminada de Alcampo y mucho estampado de purpurina.
-¿Ya no más magia? -pregunta mi Sombra.
-La magia la llevamos nosotras -le contesto.
Sofí mira los bloques comunistas a su derecha, que parecen una gran colmena.
-La magia la empezó ella -señalo a Treceañera.
-¿Y ahora qué? -me pregunta Sofí algo desconfiada- Nada será lo mismo.
-Nunca nada será lo mismo. A esto se le llama crecer.
-Pero tú, pero yo… -parece mirar al suelo, luego un poco a los lados, confundida- ¿Nos estamos abandonando?
-¡No! Claro que no. Sólo estamos comentando nuestros puntos de vista. Yo vengo de la Nueva Bulgaria.
-¿Y cuál es la nueva Bulgaria? -pregunta Treceañera, sacada de su estado pasivo.
-La real.
Sofí parece ahogar un grito.
-Pero, eso no es posible -parece sorprendida.
-¿Cómo que no va a ser posible?
-¿Dónde nos quedamos nosotras? -refiriéndose a Treceañera y a ella.
-Conmigo -respondo.
-¿Qué hay más allá de la luz? -comenta Treceañera, que parece apretar muy fuerte su carpeta, llena de dibujos.
-Llevamos preparadas para esto diez años. -miro a Treceañera- Es todo diferente. Muy bonito, pero diferente.
-¿Es como yo lo imagino?
-Sí… -ladeo la cabeza, con dulzura, tornando los ojos a ese verde veraniego, en mi cabeza, que está por llegar- Y no… Pero lo que buscas, lo encontrarás.
-¿Eso es malo?
-Es bueno.
-¿Y seguro que lo encontraré?
-Yo creo que sí.
-¿Podré vestirme de búlgara?
-Te llegará pronto.
-¿Y qué será de mí? -a Sofí se le comienzan a humedecer los ojos- No quiero llorar… Yo ya no tengo lugar aquí…
-¡Pero qué tonta! ¡Claro que lo tienes!
-¿Ah, sí…? -pregunta cabizbaja.
-Claro -tiro de su brazo y la abrazo. Tiro también de Treceañera para que se una, convirtiéndose en un abrazo a tres- El hogar lo hacemos nosotras. La magia siempre está dentro. Siempre nos cuidaremos y seremos el Círculo Eterno. Pasado, presente y futuro. Fusión. Plenitud. Amor.
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