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Mostrando entradas de noviembre, 2023

Gospozha

  Nota del autor: “Gospodin” tiene tilde en la segunda o, y en la tercera también, va variando a gusto del lector, alternando entre la pronunciación serbia y búlgara. Significa “señor”. “Gospozha” es pronunciada la “zh” como una “j” francesa, es decir, como “bonjour”. Significa señora. -¡Gospodin y Gospozháaaaa! -¿Qué dices? -¡Gospodín y Gospozhá! - dice Sofí, subida a un banco, o un montículo, no sé dónde está subida. Tiene una mano a modo de visera, y abre la boca mucho, mucho, sus labios rojos como la cereza, es plena primavera y el vecindario comunista está tranquilo. Pero yo sigo con mi abrigo, yo sigo de invierno. Lo que iba diciendo. Coloca sus manitas alrededor de la boca, que abre mucho, y… -¡GOOOSPODÍIIIIN! -¡QUÉ HACES! - grito exasperada, le tiro fuerte del brazo y la bajo del sitio, pero ella parece resistirse. -¡Ehhh, qué haces! Déjame llamarles, ¿quieres? -No, no… - meneo la cabeza. - Y ni siquiera están ahí - señalo la vereda de tierra sin asfaltar. - ¡A

La Martita (tengo veintidós años)

Tengo veintidós años... Tienes veintidós años, pero... ¿Qué es esto, qué llevas puesto? Un recogido de dos mechones hechos coletas, pelo suelto, un vestidito rosa, una rebequita blanca, zapatitos de charol blancos, planos, y calcetines blancos estirados, con volantes... ¿Qué es todo esto? Alguien golpea la puerta. Es alguien salvaje, agresivo.  Te pide entrar.  Tú le dices: "No" Agarras tu gatito de peluche favorito, con lágrimas en los ojos, tratando de esconderte. Corres abrazada al gato, corres por esos largos pasillos... Pasillos interminables, piso nostálgico pero dulce. Dulce, dolor dulce, dolor... -"¡Que abras, te digo!" El monstruo grita al otro lado de la puerta. No deja de hacer temblar esa línea fina entre el exterior, y el vacío piso. Corres, corres, corres... La motillo de juguete, juguetes por todas partes, colorines, muchos colorines, pizarras, muebles antiguos, plantas en las esquinas... Y corre, y corre, y corre... Te escondes detrás de la cama. La

No por mucho tiempo

Soy luz, soy eternidad. También soy un abrazo de maldad. Y sin perder serenidad, y sin perder compostura, yo en un gesto amistoso,  saludo a la locura. Está bastante claro todo el tema. Te cabreas. Sulfuras. Te devanas los sesos. Te tiras de las trenzas. “¡No puedo más!” - gritas, te arrancas las flores del pelo y las estampas contra el suelo. “¡Qué! ¡Qué!” - Desafías, sacas las garras, a modo de pregunta. Miras a todas partes, miras al vacío, pero, pero eh… Que no hay respuesta. “¡Quéeee! ¡Noooo!” Los ojos se desorbitan. Chillas, chillas, vuelves a chillar… Empiezas a andar como pato mareado. Sí, tal vez estás mareada. Te tambaleas, vas tropezando, chocándote con las paredes. ¡Sí, sí! Esa eres tú.  En un momento resbalas, caes contra el suelo. Tienes la pintura de labios corrida, deshecha, hacia un lado. El carmesí se ha desbordado. Boca desdibujada, expresión desencajada. Te arrastras, te arrastras. Las trenzas desordenadas, ciertamente deshechas, pero sigues tir

Una Estrella triste

El cielo es azul. El patio del recreo, chilla.  Los niños corretean de aquí para allá. Y tú, tú, mi dulce criatura, mi dulce Criatura Espejo, estás solo ante el peligro.  Observas, sumido en tus pensamientos, tu mundo interior, tu fascinación, a las pequeñas hormigas. Organizadas, inteligentes… Tal y como tú decías, más inteligentes que los niños de tu clase. Hurgas en la tierrecita. Abres la boca. Sonríes. Eres feliz por primera vez en esta semana. Las levantas. Las vuelves a colocar. Las cuidas. Las saludas. Les pones nombres. Solo tú, y sólo ellas. ¡BUM! Un balón impacta contra tu pequeña cara. Caes al suelo, temblando del impacto, no te gustan los cambios bruscos, no te gustan las dinámicas burlonas, y tampoco te gustan… ellos… -¡Eh, tú…! ¡Mirad, mirad quién está otra vez hablando con las hormiguitas! -¡Hombre, cuánto tiempo!  Los niños burlones se acercan al pobre pequeño. Sus gafas cayeron a un lado, pero él sólo tiene visión para sus hormiguitas. Intenta recomponerse, pero, pero

El nuevo amigo de Sofí

Tri noki ne sum zaspalo (Nota del Autor: El nuevo personaje acontecido en estas líneas, también es real, y así será con los próximos. Los personajes únicamente constituyentes de la psique de la protagonista, son Marta y Sofí). -¡YIIIII-HAAAAAA! En la nieve. En la noche. Entre bloques. En parques fantasmas.  Miro hacia allí, bruscamente. ¿Qué demonios pasa…? Espera… ¿Qué? Oh, Dios. ¿Es… es…? -¡MIRAAAAA! - Sofí se incorpora, sus trenzas felices se iluminan por una luz azulada, la única que deja ver un poco entre esta oscuridad nocturna. -¡MIIRAAAA! - vuelve a repetir. Apenas vemos nada. La luz, una gran energía concentrada sobre ella, parece dar vueltas…  ¿Así es que eso era lo que estaba rebuscando antes entre la hierba…? Yo esto no me lo esperaba. -¿Sofí, qué es…? -¡AY, AYYY…! ¡QUÉ EMOCIÓN! Me acerco lentamente. Nuestros ojos brillan con la intensidad de ese fulgor, ese fuego azul que…  Comienza a tomar forma. Yo entrecierro los ojos, con las manos en los bolsillos. A todo esto, Sofí n

Mazurkas, de maíz

Un precioso Mazurka mecanizado suena de fondo. El frescor de la mañana se siente en la piel de la cara, pero la luz es dorada, tenue, sensible, amable. La pequeña Sofí hoy parece más apacible, serena, feliz. No porta el vestido búlgaro-shopska en su totalidad, sólo lleva la vestimenta interior: Un vestido-camisola blanco bajo las rodillas, mangas ensanchadas y abiertas, rico en bordados en relieves del color de la sangre. Parece hurgar muy feliz en la hierba, con una sonrisa en sus labios, mientras la música suena y suena, como una cajita de música… -Sofí, ¿estás más contenta ahora? -Síiiii - responde en un tono plano e infantil. Me dedico a mirar al horizonte, caminos entre bloques. Mi mano se posa en la frente, a modo de visera, impidiendo que los rayos de sol me cieguen la vista que tengo delante. Sofí está desprovista de maldad hoy. O tal vez rencor. Desprovista de dolor. Así entiendes, poco a poco, que el dolor no estaba fuera. El dolor estaba dentro. El perdón hac

Niña Grande hace su aparición

( Notas del Autor antes de la lectura: Mujer-niña no es ningún personaje de la psique de la autora del blog, es externo, y no representa ningún arquetipo, es una persona completamente real).   Trenes largos. Bosques frondosos. Montañas verdes. Tú. Tú… Espera, ¡¿tú?! -¡¡¡Que haces aquí!!! - grito con todas mis fuerzas.  La fiebre me ha hecho efecto, y las trenzas relampaguean de furia. -¡¿Qué haces aquí?! - repito con la misma intensidad. - ¡Responde, hostia! La niña-mujer, frente a mí, sentada tras una mesa, agacha la cabeza, quizás avergonzada, quizás abochornada. -¡Te estoy preguntando que qué haces aquí! ¡¿No hablas o qué?! -Perdón, yo sólo quería… -¿Que querías qué? ¡Nadie te ha dado permiso para estar aquí! De repente, Marta me toma de la muñeca.  -Déjala - me dice - No la culpes. No tiene ninguna mala intención. -¡Me da igual, te voy a matar! ¡TE VOY A MATAAAR! Marta me inmoviliza, me toma de los brazos, tirando hacia atrás. La niña-mujer, o la mujer-niña,