Profesor-alumnos (de conservatorio).
Durante mi crecimiento y proceso de maduración, nunca he podido evitar percibir las señales que recibo en el mundo musical clásico, ambiente por el cual suelo frecuentar si no las mayores partes de mi vida. Mis observaciones son inevitables y así pues, durante estos meses, decido recavar la información recibida durante dicho tiempo acerca de la relación profesor-alumno o, más bien, el carácter y áurea que desprende un determinado colectivo de alumnos que están bajo la supervisión educativa de un mismo profesor.
Estas subdivisiones de las relaciones que se llevan a cabo en conservatorios son absolutamente reales en cuanto al suceso que se ha utilizado para la pequeña tesis.
Los profesores del instrumento principal ejercen gran importancia -si no toda- en nuestro crecimiento como profesionales y a algunos en amantes del arte que estudiamos.
Muchos alumnos, en pleno momento de asomarse al exterior en su lozana juventud (adultos de temprana edad, mayores de edad), necesitan identificarse a través de una entidad (el docente) o unirse a un colectivo de alumnos a los que se les brinda el caché o reputación que posee su instructor.
Veamos qué hemos podido encontrar hasta ahora:
Hijos (Hijos de "insertar nombre del docente")
Patentados, protegidos y queridos. El profesor rige como padre o madre, los dirige y encauza. Aconsejados y atendidos, buenos intérpretes, se les exige lo mejor, por su bien, y por el aprecio que se les puede llegar a coger en un momento dado por parte del profesor. Suelen ser bien instruidos y grandes profesionales en ocasiones.
El profesor puede sentir favoritismo hacia ciertos alumnos, pero no en demasía, es discreto y sumamente justo.
Quiere lo mejor para todos.
Los alumnos son seres responsables, preocupados por sus estudios, pero tienen sentido de justicia y rectitud, sin pisar ni competir con el compañero. Por lo general, no suelen ser venenosos, puesto que ya tienen suficientes consejos paternales/maternales del profesor como para atender a lo que hace el otro.
Teams (Team "insertar nombre del docente")
(Denominación literal y no propia, sino recogida de uno de los colectivos de los que tomé información, que se autodenominaban así. )
"Equipo" en inglés.
Espíritu optimista y juvenil.
Ambiente social relajado, poca competencia. Su profesor no parece advertir lo que sucede entre ellos. De hecho, en esta subdivisión, el docente interviene poco de forma directa. Es más bien un comité entre los alumnos.
Confabulan posiblemente a favor, en tono humorístico, hacia su profesor, como "deidad admirable" sin mucho misticismo, al que veneran como el "creador y unidor" de esta amistad o comité creado, sin tener el docente remota idea de saberlo.
Los alumnos poseen actitud familiar y cercana entre ellos. (O esto pretenden, para arroparse entre ellos del dolor causado por el alto rendimiento exigido por parte del docente).
Aún no tenemos de manera clara qué nivel o personalidad musical representan estos individuos.
Corderos (Corderos de "insertar nombre del docente")
Sometidos, tal vez humillados. Pueden ser titanes musicales, pero sin olvidar que están bajo una mano cruel o exigente. El profesor es poco piadoso y espera de sus alumnos un respeto y veneración a su persona. Deben seguir pautas y normas, mas no tan solo de ejecución y estudios instrumentales, sino también de porte y comportamiento. Ejercen como dinastía y muy probablemente ocuparán el cargo o cargos del profesor en la próxima generación.
Es un reino y el profesor tiene sus propias reglas. Allí no hay normas comunes a otras vecindades, realmente son leyes morales, estrictas y que parecen ser absorbidas de una manera inconsciente por los alumnos, los cuales callan y se someten a esta doctrina y disciplina con tal de obtener una buena educación musical.
Hallánse alumnos favoritos en este rango, de manera descarada.
Resumiremos la actitud general en callar y obedecer.
Les salvará en más de una ocasión su favoritismo y méritos acumulados en veneraciones al docente que el estudio personal en el instrumento.
Discípulos: (discípulos de -)
Subgrupo que se encuentra entre hijos y corderos. Los alumnos respetan, admiran y adoran identificarse con este docente, quien se muestra cercano, más bien parece un amigo que cumple el favor de ayudar con alguna dificultad musical. El profesor posee favoritismos más o menos identificables, pero generalmente trata bien a todos sus alumnos. A diferencia de los corderos, el profesor más que dominante se muestra "pasota", algo orgulloso de las declamaciones de sus alumnos, que recibe con gusto y regocijo, pero que no exige, ni exprime, ni reclama una admiración por medio de la dominación.
Los encomendados (encomendados de -)
Los encomendados no son identificados como colectivo en conjunto, sino como carácter general de cada uno de ellos. No tienen mucha relación entre sí. No les gusta el Conservatorio y sólo van hasta el sexto de Grado Medio. Estos chicos están a la mano de Dios, puesto que suelen ser los que no tienen ningún tipo de relación con el profesor, más allá de que les manden tareas, ya que no profusan ninguna admiración o vocación por el instrumento al que acuden a aprender. Sólo van, tocan, y vuelven, atendiendo a tareas más importantes para ellos.
En este grupo se encuentran los jóvenes que aún no han encontrado la vocación musical, los que directamente no la tienen y, sobre todo, los que siempre están bajo tutela de un profesor interino cada año, cosa que los desorienta y ennorta. De todas formas, también podemos encontrar encomendados en el Grado Superior, atentiendo a razones principales en sus vidas como otras carreras o visiones de futuro distintas a las musicales, y sólo tienen como intención terminar toda la carrera musical de una manera bonita y oficial.
Es posible que a lo largo de estos años, continúe profundizando o ampliando subdivisiones. Esto es tan sólo un comienzo.
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