Matrimonio concertado, ¿sí o no?

 Matrimonio concertado, ¿sí o no? 

Sin pretender hacer grandes cantidades de texto, vuelvo a replantearme cierto tema que, aunque parezca escandaloso para nuestros días, resulta ser un paradigma olvidado y que no está tan mal aplicado a esta época. 

¡Vamos a tratar el tema de los matrimonios concertados! 

Creo que muchos conocemos tal situación por medio de los cuentos de princesas, películas históricas o incluso las ONGs que nos atormentan en anuncios, donde, junto a las otras cosas anteriormente mencionadas, nos dan a entender el matrimonio concertado como algo nada beneficioso, ni provechoso, ni romántico, ni de maneras "liberales", donde la doncella sale perjudicada, atormentada, dolorida y encerrada en el enlace matrimonial. Tal vez sea momento, de manera trivial y divertida, de tratar el matrimonio concertado desde un punto de vista práctico. 

Hoy en día, ¿nos enamoramos para siempre? 

El amor no siempre suele funcionar. Tras el surgimiento de "liberalismos" engañosos, que más bien inducen a la falta de compromiso, el amor se confunde como un pasatiempo y capricho que desemboca y finaliza con el acto sexual esporádico. Luego...No, no es amor. 

¿Estamos seguros de que realmente el amor es lo que muchos creen cultivar, cuando están creando algo totalmente distinto? 

Por otra parte, hoy en día, el cultivo de este, como labor verdadera, no funciona, por lo dicho y por el surgimiento de relaciones de más de dos personas, como el poliamor… 

Amigos con hijos en común

¿Es realmente necesario estar enamorado para un matrimonio? 

El matrimonio ha sido la llave recurrente durante años para todo tipo de solvencias económicas, tratados de paz, enlaces de tierras o resolución dinástica, tanto entre ricos como pobres. 

¿Por qué no ver el matrimonio pues, como un acuerdo entre dos personas, las cuales se lleven bien, y vean la finalidad de este como una buena convivencia y garantía de seguridad, bienestar, estabilidad del hogar, que garantice ser buen padre o madre de nuestros hijos? 

¿Realmente necesitamos estar enamorados? Con el cariño podría bastar. El amor exacerbado y real tampoco puede durar mucho en el cuerpo, es un brote químico que despierta al individuo la motivación para desenvolverse en la reproducción y cumplir su cometido natural, (desde un punto de vista instintivo, claro está). Cierto es que el amor correspondido es muy sano, pero a la larga no puede permanecer durante tanto tiempo con ese fervor característico del principio, sería síntoma de una infantilidad. El amor, con el tiempo, se convierte en cariño al prójimo. 

Por lo tanto, ¿es factible crear un matrimonio con un buen amigo o, simplemente, con alguna persona con la que entenderse como cónyuge? La única diferencia entre el acuerdo o amistad es el cumplimiento de una relación sexual, o varias, buscando el nacimiento de hijos. 

¡Y es cuando pasamos al matrimonio concertado! 

Nosotros sabemos realmente a quién necesitamos en nuestras vidas, a quién queremos, por qué sentimos lo que sentimos y por quién sucede esto…

¿O tal vez no?

¿Cuánta dependencia emocional surge de muchas personas? ¿Cuántos amores acaban en peleas? ¿Cuántos acaban rompiéndose, tras conocerse realmente? 

Mejor así: ¿Cuántas veces hemos amado con ojos vendados, creyendo que cierta persona nos convenía?

Tal vez un padre o una madre, quienes nos conoce (deben) bastante bien, puedan buscarnos una relación comedida y adecuada para un matrimonio formal y sin exceso de melindres o sexualidades. Tal vez ellos sepan qué nos convengan, tal vez no. ¡Tal vez también acabe en pelea! 

Yo sólo hablo. Tal vez, en aquellos tiempos, hubo matrimonios concertados buenos y malos, maravillosos y horribles. 

Pero la posibilidad de elección en las relaciones de hoy en día tampoco pueden hacernos más libres. 

¿Será por no saber aferrarnos, por la falta de cariño y compromiso, por buscar ese amor idílico, o por no entender realmente el concepto de amor? 

Ah, yo tampoco lo sé.