La gran mentira de Instagram.
Buenas tardes amigos, ya va siendo hora de volver a hacerse leer en esta plataforma.
Sin más, empecemos.
Hace relativamente poco volví a hacerme usuario de Instagram, esta gran red social que causa sensación y una gran mentira entre los nuestros y los no tan nuestros.
Decidí volver de forma moderada, sin este fanatismo de contar mi vida, y los que siguen mi cuenta lo saben muy bien.
Esta gran mentira con la que presento el título del post es la que predomina entre la vida virtual de los usuarios, ya sea tus amigos y las millones de personas que lo usan.
Imagina a una persona cualquiera de vuestro alrededor, un amigo mismo. Lo conoces, hablas con él, y ya sabes cómo es su forma de ser. Pues ya lo conoces en la vida ordinaria, no en la vida de Instagram.
Observas que su perfil está plagado de fotos muy "profundas" y de frases muy filosóficas. ¿Es así como lo conociste? ¿Y, si no lo conoces, está reflexionando su existencia en una plataforma virtual?
Bueno, déjame decirte que esto es simplemente postureo.
Y este eres tú también en Instagram, para qué hablar del prójimo.
Eres una persona normal, vulgar si hace falta decir.
Te tomas unas cuantas fotos mirando a la nada. Contigo o con tus amigos, siempre guapo y feliz.
Nunca pedirás ayuda por esta red, nunca saldrás llorando en una foto, tampoco saldrás enfadado o desesperado.
Siempre feliz, vendiendo la mejor cara de tu vida.
Y sí, tienes derecho a mostrar lo que desees, mas...
¿Qué hay de estos pies de foto mencionados anteriormente?
Numerosas frases curradas que ni siquiera han salido de tí, sólo de internet o incluso copiadas de otros perfiles.
Si citas las de un escritor o una persona cultivada y culta, o una frase original, sería más creíble que esos mensajes cliché y repetitivos, que transmiten en su mayoría los mismos mensajes de amor, de buenos sentimientos...
Veamos lo peor.
Eres una persona que se dice a sí misma que tiene una alta autoestima, que no le importa la opinión de nadie.
Y ahora veamos la función básica de Instagram. Tomas tu móvil, te haces una foto y la publicas. ¿Con qué fin?
Para obtener Me Gusta o Likes. Es decir, cuelgas una foto donde sales muy guapo y esperas efervescentemente que todos te den corazoncitos en señal de aprobación, y cuantos más mejor. Y también esperar comentarios simpáticos o bonitos sobre ti.
A todos nos gusta que se nos quiera, y todos caemos en estas grandes hazañas, pero habituarse a estas costumbres de forma diaria es un poco triste pero, sobretodo, colaboramos a inflar una gran mentira.
¿A quién queremos engañar?
Ayy ya tengo otro Me Gusta.
Sin más, empecemos.
Hace relativamente poco volví a hacerme usuario de Instagram, esta gran red social que causa sensación y una gran mentira entre los nuestros y los no tan nuestros.
Decidí volver de forma moderada, sin este fanatismo de contar mi vida, y los que siguen mi cuenta lo saben muy bien.
Esta gran mentira con la que presento el título del post es la que predomina entre la vida virtual de los usuarios, ya sea tus amigos y las millones de personas que lo usan.
Imagina a una persona cualquiera de vuestro alrededor, un amigo mismo. Lo conoces, hablas con él, y ya sabes cómo es su forma de ser. Pues ya lo conoces en la vida ordinaria, no en la vida de Instagram.
Observas que su perfil está plagado de fotos muy "profundas" y de frases muy filosóficas. ¿Es así como lo conociste? ¿Y, si no lo conoces, está reflexionando su existencia en una plataforma virtual?
Bueno, déjame decirte que esto es simplemente postureo.
Y este eres tú también en Instagram, para qué hablar del prójimo.
Eres una persona normal, vulgar si hace falta decir.
Te tomas unas cuantas fotos mirando a la nada. Contigo o con tus amigos, siempre guapo y feliz.
Nunca pedirás ayuda por esta red, nunca saldrás llorando en una foto, tampoco saldrás enfadado o desesperado.
Siempre feliz, vendiendo la mejor cara de tu vida.
Y sí, tienes derecho a mostrar lo que desees, mas...
¿Qué hay de estos pies de foto mencionados anteriormente?
Numerosas frases curradas que ni siquiera han salido de tí, sólo de internet o incluso copiadas de otros perfiles.
Si citas las de un escritor o una persona cultivada y culta, o una frase original, sería más creíble que esos mensajes cliché y repetitivos, que transmiten en su mayoría los mismos mensajes de amor, de buenos sentimientos...
Veamos lo peor.
Eres una persona que se dice a sí misma que tiene una alta autoestima, que no le importa la opinión de nadie.
Y ahora veamos la función básica de Instagram. Tomas tu móvil, te haces una foto y la publicas. ¿Con qué fin?
Para obtener Me Gusta o Likes. Es decir, cuelgas una foto donde sales muy guapo y esperas efervescentemente que todos te den corazoncitos en señal de aprobación, y cuantos más mejor. Y también esperar comentarios simpáticos o bonitos sobre ti.
A todos nos gusta que se nos quiera, y todos caemos en estas grandes hazañas, pero habituarse a estas costumbres de forma diaria es un poco triste pero, sobretodo, colaboramos a inflar una gran mentira.
¿A quién queremos engañar?
Ayy ya tengo otro Me Gusta.
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