Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2017

Cómo descubrí el "Wai-Fai"

Imagen
Wi-fi para los amigos. Hoy, sentada ante mi pantalla, con ausencia de luces, -sentido figurado y también literal, por qué no- voy a tratar mi conocimiento hacia el engendro, que al principio sonaba a chino -sentido figurado y también literal, por qué no-, y que luego revolucionó el mundo de Internet, y el resto de muchas cosas que mantuvieran relación con... No sé, estoy haciendo la digestión y tengo sueño. Diose lugar mi conciencia de su existencia allá por el año 2008 ó 2009. Oh, cuando el famoso juego de Mario Kart DS estaba en su máximo esplendor... Siempre lo ha estado. Como bien recordaréis, fieles jugadores de Nintendo, hallábanse tres opciones en el menú principal: Esa tercera opción. Wi-Fi. ¿De qué demonios servía eso? ¿Era un sistema operativo para privilegiados, para el año 2030? Pulsaba aquella opción con aquellas ideas en la cabeza. Posteriormente, conducía a uno a los datos de conectividad. Internet en la Nintendo, por medio de un tal Wi-Fi, cuando por aqu

Ensemble de violas.

Imagen
Hartas de ser pisoteadas por la melodía estridente y egocéntrica de los violines primeros, desesperadas por seguir los arcos de violines segundos, infravaloradas por compartir melodía con un violonchelo, humilladas por aguantar semejantes chistes que, de hecho, poca gracia hacen... Durante la historia de la música, las violas hemos sido objeto de burla, de salidas para los violinistas frustrados, -quita, coño, este es mi atril-, hemos estado de segundo plano, y que por mucho que intentemos hacer de solistas, siempre será objeto de culto el violín. Envidiados por los violines debido a nuestra innata felicidad y sencillez y, ¡oh de aquellos malditos que expresan su amor por la viola, mas luego somos traicionadas, recibiendo un chiste proveniente de sus labios, que sentimos como un dardo en el corazón! Cansadas de ser el relleno de sujetador de la orquesta, cuatro alumnos y un docente hemos unido nuestras fuerzas en una asociación sin ánimo de lucro, con el fin de realzar a la vio

Bartók, el desconocido.

Imagen
Tras disfrutar nuevamente de las obras El Mandarín Maravilloso y la maravillosa Música para Cuerdas, Percusión y Celesta de mi gran amigo Béla Bartók, me decanté por escribir sobre él por segunda vez en este post. ¿Por qué lo he mencionado como mi gran amigo y no "nuestro" gran amigo? Expresión facial cuando usted se halla tras un atril mientras no ensaya porque el director se cabrea con los otros. Por la sencilla razón de que, por mis experiencias en cuanto a la gente de mi alrededor, me citan tales obras en las que verdaderamente ese no es Bartók. No conocéis a Bartók. Cierto es que, como este señor es completo, posee diversas facetas en su ámbito de obras musicales, desde recopilaciones folklóricas hasta tenebrosidades que arrastran al oyente al abismo, a las profundidades de ese pozo sin fondo en el que sentimos estar cuando suspendemos un examen. No hombre no... O me citan conciertillos que están medioqué, o nada... Hace relativamente poco, una orquesta